Las “raras” propinas a la música

“Todavía no me lo creo, es la primera vez que me pasa en todos los años que llevo en esto”. Un veterano guitarrista (vamos a omitir su nombre para preservar su identidad) se acerca a sus compañeros de grupo con 10 euros en la mano minutos después de una actuación en una plaza pública, contratados por el ayuntamiento de la localidad, y les transmite que el billete se lo ha dado una señora en agradecimiento al concierto que acaban de ofrecer. No es lo más común. De ahí la incredulidad del asombrado músico.

Mientras que las propinas son habituales en servicios como los de hostelería, peluquería o salones de belleza, en las profesiones artísticas siguen siendo una excepción, que cuando aparecen son muy agradecidas, pues el caché da lo que da de sí. “En cierta ocasión estábamos tocando en la calle y una mujer me preguntó que dónde estaba el plato para echar las monedas”, comenta Sandra León, vocalista de “Pájaros en la cabeza”, como una de las anécdotas más curiosas que ha vivido en su larga trayectoria por los escenarios.

Sí hay artistas callejeros que se sacan su sustento con los donativos que reciben con sus actuaciones en puntos de paso concurridos (en las grandes ciudades, en las estaciones de “Metro” sobre todo). En cambio, si se trata de bandas con cartel esas aportaciones económicas no se producen, aun cuando suponen una atracción que ameniza una fiesta o la consumición en cualquier bar, chiringuito o terraza. La señora mencionada rompió ese tabú y quiso compensar con un dinerito el buen rato que le habían hecho pasar los músicos.

• Destacadas