“Grupo Da Silva”, la familia gijonesa que lleva el baile a la verbena

El “Grupo Da Silva” puede alardear de ser una gran familia. No ya sólo por la unión y el compañerismo que reina entre sus cinco miembros, que también, sino porque entre tres de ellos hay un parentesco muy estrecho: Antonio da Silva, promotor de la formación, es padre de Fátima y abuelo de un nieto que lleva su mismo nombre, aunque para diferenciarlo se le conoce por el diminutivo cariñoso de Toni. A ellos se suman otros dos músicos que dan aún más empaque a un conjunto que lleva el baile a muchas salas de fiestas, locales de moda y verbenas de Asturias, Galicia, Cantabria y Castilla-León, como son Lucía Cevallos y Junior Morel.

Cinco voces en directo que utilizan para sus actuaciones unas bases que preparan para cada temporada en un estudio de grabación y que renuevan de año en año para sacar a relucir un repertorio en el que tienen cabida canciones para todos los públicos. Desde pachanga, para los más verbeneros, hasta los temas más modernos, en conexión con la juventud.

Parte de su producción generó cuatro discos, todos ellos con gran éxito, si bien últimamente se han decantado por subir las canciones directamente a las plataformas digitales, para facilitar el acceso, gratuito, a sus cientos de seguidores. “Hay fiestas a las que llevamos yendo desde hace mucho tiempo, sobre todo en los alrededores de Gijón, y en las que ya nos consideran como de casa”, agradecen.

De hecho, para buscar los inicios del gijonés “Grupo da Silva” hay que remontarse al año 2000, fecha en la que Antonio (al que apodan “el Julio Iglesias asturiano”) le propuso a su hija Fátima formar un dúo. En 2013 se incorporaría su nieto Toni. El crecimiento no se detuvo ahí, sino que fueron añadiendo más miembros, un camión escenario con avanzada tecnología audiovisual…

Con este vehículo vivieron precisamente una de esas anécdotas que no se olvidan fácilmente: para llegar al “prau” de la fiesta había que cruzar por una caleya por el medio del pueblo y de repente surge un obstáculo insalvable, con el alero de un hórreo (elemento protegido del patrimonio, así que el máximo cuidado) que impedía el paso. Había que amenizar la velada y urgía una solución. “Acabamos deshinchando las ruedas para que pudiera librar”. Asunto finiquitado. Su ingeniosa maniobra destapa, a la vez, la profesionalidad de un conjunto que realiza agotadoras giras veraniegas, con cerca de un centenar de actuaciones en su calendario. Y siempre con la mejor sonrisa, ensayados bailes y unas canciones que alegran los corazones. Simplemente el “Grupo Da Silva”, pura esencia de la verbena.

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