Angel Rodríguez, de tocar la guitarra por libre a hacer brotar la alegría desde muchos escenarios

Se pasaba las horas tocando la guitarra a las puertas de un chiringuito en el barrio gijonés de La Camocha, así, por libre y por puro hobby. Pero bien fuera por timidez, por indecisión o por cualquiera de esas múltiples razones que son capaces de atenazar a cualquier persona cuando se trata de dar un paso al frente no acababa de atreverse a subir al escenario para demostrar su valía. Hasta que, por fin, en el año 2021 rompió ese tabú. Desde entonces Angel Rodríguez se ha convertido en uno de los cantantes asturianos que más bolos realiza, tanto en bares, restaurantes, cafeterías y sidrerías como en eventos privados (bodas, comuniones y bautizos incluidos) y, también, en fiestas “de prau” y galas benéficas.

El empujón definitivo se lo daría su pareja, Nayara Suárez, en 2022, primero acompañándole como técnico de sonido y luego cogiendo ella misma el micro para interpretar diferentes temas o hacerle los coros. Por motivos laborales la chica tuvo que abandonar esa labor a final de temporada, pero para Angel Rodríguez ya no habría marcha atrás. “Decidí continuar, con mucha ilusión, entregándome a mi público, y no me arrepiento”. En su repertorio, de todo un poco: rumbas, pasodobles, bachatas, merengue. “Siempre intentando divertir a la gente y hacerles bailar”, enfatiza. Los aplausos al final de cada canción indican que va por el camino adecuado.

Para finales de agosto o principios de septiembre aún se reserva una sorpresa más, en forma de proyecto discográfico, fruto de la madurez de un cantante al que le costó soltarse, pero que ahora ya no tiene freno, más que nada porque su horizonte es la música.

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